LA CRISIS DE LOS REFUGIADOS: HOMENAJE A MIS CONCIUDADANOS

 La grave crisis que sufre Europa con los refugiados y su ineptitud para alcanzar un acuerdo, han puesto de manifiesto multitud de posiciones ante tan mayúsculo desastre humanitario, valgan estas líneas como pequeña reflexión.

Estos días hemos vivido, ante el estupor general, al menos en España, de planteamientos que recuerdan a otras épocas, gobiernos que pretenden incautar los bienes de los refugiados, simplemente para pagar los gastos de su repatriación. Cierre de fronteras, con negativa al acogimiento de quienes tiene derecho al asilo según la legislación internacional. Manifestaciones en contra de la llegada de refugiados, y un largo etc, que nos han dejado tristemente sorprendidos. Pero también sorpresa cuando resulta que los países que más hostiles se han manifestado a la entrada de refugiados son aquellos del bienestar social, de alto nivel de renta per cápita, en definitiva de la sociedad del bienestar. Sorprende que en general ciudadanos de países como Dinamarca, Suecia, Finlandia etc. no estén dispuestos a ceder una pequeña parte de su acomodada situación a los que huyen de la guerra.

            Pero existe esperanza, especialmente en España, y quiero rendir un homenaje a mis conciudadanos, desde que se inicio la crisis humanitaria, no he visto en España una sola manifestación en contra de los refugiados y si he visto como desde la sociedad civil se ha exigido al gobierno un cambio de postura ante el acuerdo de la UE. Aquí si que estamos dispuestos a compartir y aunque no tenemos la renta per cápita de otros, si tenemos conciencia.

            Creo que estamos ante la mayor crisis humanitaria de los últimos años, y también estamos ante la mayor ineficacia de la UE para resolverla. Llevamos a Europa a una tormenta perfecta que pronostica su final. La incapacidad de tomar medidas para hacer frente conjuntamente a la crisis económica. La imposibilidad de obtener una uniformidad fiscal que nos garantice un espacio económico y de libre competencia, sin ventajas que favorecen a las grandes corporaciones.  Ni siquiera hemos sabido consolidar el espacio schengen, y mucho menos una moneda única cuyo futuro es incierto, y para terminar de completar la borrasca, la crisis de los refugiados y la amenaza del Reino Unido de salir de la Unión. Por todo ello, ha llegado el momento de sentarnos y redefinir la Europa que queremos; y si queremos avanzar en la unión política, debemos ser conscientes de que sin cesión de soberanía a los órganos de la UE, esta  abocada al fracaso como lo demuestra la incapacidad para solucionar una grave crisis humanitaria.