Artículo publicado en Expansión el 16 de Enero de 2017
El déficit de infraestructura que
sufre Catalunya, especialmente en el transporte público, no se ha generado en
los últimos años, sino que viene de tiempo atrás. En los últimos 20 años se han
cometido errores por parte de todos; por un lado el gobierno del Estado, tanto en la época de
Aznar como en la de Zapatero, sin comprender que la defectuosa financiación
llevaría con los años a la actual situación, y por otro de los que ahora
reclaman la independencia justificándola con la falta de inversión en
Catalunya.
Desde la transición y hasta el
actual pacto entre PP y Ciudadanos solo ha existido un pacto de investidura
entre dos fuerzas políticas: el conocido como pacto del Majestic, entre PP y
CiU en 1996. En dicho acuerdo, CiU no reclamó un nuevo modelo de financiación
autonómico, ni tampoco el corredor del Mediterráneo, ni mayores inversiones en cercanías, y por supuesto no
reclamó el traspaso de las competencias en cercanías o en aeropuertos; y ello a
pesar de tener en sus manos el gobierno de España. En el pacto del Majestic CiU
optó por un acuerdo de mayor peso político, primó la vanidad frente a la mejora
de la inversión del Estado en Catalunya. Así, consiguió la supresión de los
Gobernadores Civiles y el Servicio Militar, las competencias de Tráfico para
los Mossos, y en el ámbito económico la cesión de un 15 % del IRPF a todas las
Comunidades Autónomas. Pero además CiU ha sido la gran aliada en los
presupuestos del Estado, especialmente cuando ha gobernado el PP, y por lo tanto
en sus manos ha estado incluir en ellos las necesarias inversiones del Estado
en Catalunya. En cada negociación presupuestaria CiU podía haber reclamado las
inversiones que eran necesarias, consiguiendo algunas minucias en la
tramitación parlamentaria, pero nunca exigió las grandes inversiones que nos
han llevado a la situación actual, inversiones que necesitan legislaturas
enteras para ejecutarse. Y cabe recordar, que desde el pacto del Majestic hasta
el gobierno de Rajoy, donde se rompió ya toda posibilidad de acuerdo, se
aprobaron 16 presupuestos de los que 10 fueron pactados con CiU, con el voto a
favor en 9 y la abstención en uno,
votando en contra en otros 6.
Pero el tripartito, con PSC, ERC,
y ICV, dejó pasar también la oportunidad de mejorar la financiación autonómica.
El gobierno de Maragall pactó en 2009 un nuevo modelo de financiación
autonómica, con la oposición de todas las CCAA gobernadas por el PP, que
debería haber solucionado los problemas de financiación de Catalunya.
En definitiva, pues, no podemos
decir que la defectuosa financiación y la carencia de inversiones en Catalunya
sea culpa del Estado, ha sido y es un fracaso de todos.
Pere Lluís Huguet Tous
Abogado
@perehuguet
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