sábado, 13 de mayo de 2017

#lovedemocracy


Artículo publicado en ABC el 8 de mayo de 2017



Ser demócrata no es repetirlo en eslóganes y hashtags, uno no se convierte en demócrata simplemente por repetir hasta la saciedad que es demócrata, o porque se mente como demócrata en su nombre. Ser demócrata se demuestra en el quehacer diario, en el respeto a los demás, en el respeto incluso a las minorías; y sobre todo, en el respeto a la ley y al Estado de derecho, sin respeto a la ley no hay democracia. Quizás, la necesidad de manifestarse continuamente como demócrata, ponga en evidencia precisamente lo contario, como ocurría en la extinta República Democrática Alemana, que era todo menos demócrata.
Y todo esto viene a cuento por lo ocurrido la semana pasada en el Parlament de Catalunya. Efectivamente la modificación del reglamento para establecer un procedimiento de lectura única no es nuevo en los parlamentos, se utiliza principalmente ante proyectos de ley que tienen un especial consenso entre los grupos parlamentarios. Resulta ágil establecer un sistema rápido de aprobación de aquellas leyes en las que no es necesario debatir porque han generado un acuerdo entre los parlamentarios con una mayoría cualificada, dependerá del régimen jurídico de cada parlamento cómo se configura esa mayoría cualificada para proceder al trámite abreviado.
Pero lo que sin duda pone de manifiesto, el carácter poco democrático de la reforma del reglamento del Parlament, no es tanto la reforma en sí, sino el objetivo de la misma. Resulta de una carencia democrática extraordinaria, modificar el reglamento de la cámara ad hoc, o sea de manera especial para tramitar una ley concreta, y digámoslo con todas las palabras: para hurtar, del debate democrático en el Parlament, una ley que pretende desconectar de España. Quizás la ley más importante que pueda aprobar en toda su historia el Parlament de Catalunya, y que más efectos debería tener sobre los ciudadanos de Catalunya, esa ley, se pretende aprobar en lectura única, sin posibilidad de debate, y sin posibilidad de enmiendas, inaudito en una democracia.
Y no valen excusas, no vale que es para evitar la reacción del Estado, quien lo mantenga desconoce cómo funciona la abogacía del Estado, uno de los cuerpos con más prestigio de la administración pública. Podrá interponerse el recurso igualmente, se apruebe por el trámite que se apruebe, el ordinario o el ahora aprobado; quizás suponga que deban trabajar por la noche, si se hace por el trámite de lectura única, pero a buen seguro que el recurso ante el Constitucional estará preparado y presentado a las pocas horas de su aprobación, y si es necesario el Tribunal Constitucional se reunirá con carácter de urgencia para suspender la aplicación de la ley. Por lo tanto el nuevo sistema de aprobación de las leyes de desconexión aprobado el miércoles no impide nada, ni va a conseguir otra cosa, en el ámbito del recurso de inconstitucionalidad, que hacer trabajar a horas intempestivas a la abogacía de estado.
Entonces si el trámite ahora aprobado no sirve para evitar el recurso del estado, ¿para qué esta reforma?, pues para ocultar algo fundamental:   no tienen mayoría. Y la explicación la encontramos junto al hecho de que se ha mantenido en secreto el contenido de las leyes de desconexión. En dicho grupo de leyes, -que hemos de suponer contendrán un cambio de las competencias de la Generalitat reguladas en el Estatut-, para su aprobación se requiere el voto favorable de las dos terceras partes de los miembros del Parlament, según el artículo 222 del Estatut, mayoría que no poseen. Y conviene recordar que el Estatut fue refrendado en referéndum por todos los ciudadanos de Catalunya.  La otra opción es saltarse la ley, o sea el Estatuto de Catalunya, simplemente porque no tienen la mayoría, y para ello deben mantener el proyecto de ley en secreto y evitar un largo debate parlamentario, aprobarlo sin la mayoría necesaria en pocas horas y disimular ante la opinión pública lo que es una verdadera maniobra antidemocrática, más propia de parlamentos donde la democracia y el derecho brillan por su ausencia.
Lo que se pretende pues es, aprobar una  ley secreta hasta el momento de su presentación, mediante una única votación, sin debate ni posibilidad de enmiendas, que pretende afectar a todos los ciudadanos de Catalunya, por una mayoría no cualificada de votos, y que desconectará del estado Español,  vulnerando el Estatut de Catalunya, aprobado por el pueblo catalán en referéndum. No señores esto no es democracia, esto tiene otro nombre.
Pere Lluis Huguet Tous
Abogado
Presidente de llibertats


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